martes, 13 de noviembre de 2012

Brucelosis

La brucelosis es una antropozoonosis de origen animal que, por sus características epidemiológicas y evolutivas, genera un importante impacto social y económico; ocasiona enormes pérdidas a la industria pecuaria y representa un verdadero riesgo ocupacional para las personas que trabajan con derivados pecuarios o que consumen productos crudos provenientes de animales infectados. La patología en animales y humanos es de distribución cosmopolita y continúa causando morbilidad en todo el mundo. Si bien se desconoce su incidencia real, se sabe que puede ser hasta 26 veces mayor que la reportada oficialmente. En algunos países la brucelosis es un problema de importancia para la salud humana y que merece una pronta atención.
La bacteria tiene una alta virulencia, reconocida por el personal de laboratorios clínicos donde son frecuentes los contagios debidos a la manipulación inadecuada de las muestras contaminadas. A pesar de que existen vacunas para animales, no hay una vacuna eficiente y segura para los humanos. El tratamiento antibiótico, en caso de infección, debe ser prolongado y no siempre es curativo.
EL MICROORGANISMO:
Morfología. Brucella es una bacteria Gram negativa que es observada al microscopio como cocobacilos de 0,5 a 0,7 μm de diámetro y de 0,5 a 1,5 μm de largo. No produce cápsula ni esporas y tampoco posee movilidad. Su temperatura óptima de crecimiento es de 37 °C en un pH de 6,6 a 7,4. Es aeróbica estricta teniendo un transporte de electrones basado en citocromos utilizando el oxígeno o el nitrato como aceptor final de electrones. Es catalasa positiva y a pesar de ser considerada un organismo fastidioso por sus requerimientos en el cultivo puede crecer en medios nutritivos mínimos. Se trata de un patógeno intracelular "facultativo".  Como célula bacteriana, la Brucella puede ser dividida en varias fracciones, todas mayoritariamente antigénicas, en donde la fracción lipopolisacárido (LPS), que forma parte de la pared celular, es el principal elemento antigénico activo  El LPS está compuesto por un oligosacárido unido a un lípido A (que es parte de la membrana celular) y a una proteína (antigeno M). El oligosacárido tiene dos regiones distintas, un centro de polisacárido y un polisacárido de antigeno “O”. El LPS es una molécula que se encuentra expuesta hacia el exterior de la membrana externa, orientación que facilita la inducción de anticuerpos dirigidos contra el antígeno “O”, que es de gran valor en el diagnóstico de la brucelosis y en la identificación serológica de las especies de Brucella. Además es inmunodominante, porque la mayor parte de los anticuerpos en la respuesta humoral están dirigidos hacia este antígeno.
El polisacárido O es capaz de producir reacción cruzada con anticuerpos contra el polisacárido O de Yersinia enterocolitica O:9, Pseudomonas maltophilia S555, Vibrio cholera O1, E. coli O157:H7, Xanthomonas maltophilia y Francisella tularensis.
Patogénesis de Brucella. Los animales infectados son la principal fuente de dispersión de la bacteria, siendo las secreciones genitales o mamarias el principal vehículo de contaminación. Brucella tiene la capacidad de adherirse y penetrar las conjuntivas o la piel lesionada de humanos, luego es fagocitada por polimorfonucleares neutrófilos (PMN) y por monocitos, sobreviviendo intracelularmente, de esta manera evade los mecanismos de defensa celulares y humorales. Así la bacteria se asegura un mecanismo de transporte dentro de los fagocitos, diseminándose a diferentes órganos y produciendo, cuando destruye a sus células transportadoras, las bacteriemias características que definen el cuadro clínico. Brucella también es capaz de inducir su propia internalización en células que no son fagocíticas activas como los fibroblastos y células epiteliales y una vez dentro de la célula consigue establecerse en el retículo endoplásmico donde permanece y se multiplica. La localización final de Brucella en los tejidos de los animales preñados es la placenta, donde alcanza concentraciones muy altas de aproximadamente 1010 bacterias por cm3. Esto produce finalmente una placentitis severa con infección del feto y aborto.
Factores de virulencia. A diferencia de muchas bacterias patógenas intracelulares, Brucella no posee los tradicionales factores de virulencia como plásmidos o bacteriófagos lisogénicos que le confieran virulencia, no  produce exotoxinas, no tiene cápsula que la proteja de la fagocitosis, ni muestra variación antigénica. Sin embargo, es una bacteria muy virulenta y patogénica en su huésped natural.
La enfermedad acostumbra cursar sin signos externos. Las manifestaciones clínicas más frecuentes son los abortos (causa hasta 65% de los abortos en vacas, cerdos, ovejas y cabras), el nacimiento de animales inviables y las alteraciones en el aparato genital de los machos. En los animales infectados, las bacterias son excretadas durante el aborto o parto; se encuentran en grandes cantidades (hasta diez billones de brucelas por gramo) en el calostro y leche, en el exudado vaginal y en los órganos del abortado.
La enfermedad en los humanos. La brucelosis es una enfermedad infecciosa que puede manifestarse de una manera aguda o crónica. El periodo de incubación es usualmente de una a tres semanas, pero eventualmente puede ser de varios meses. La enfermedad puede ser leve, autolimitada o severa. Se constituye como una enfermedad debilitadora caracterizada por un comienzo agudo o insidioso,
fiebre continua intermitente o irregular de duración variable, escalofríos, sudor nocturno, fatiga, anorexia, pérdida de peso,
cefalea, artralgias, mialgias y malestar generalizado. La sintomatología de la brucelosis es parecida a la de otras enfermedades febriles, pero con un marcado efecto en el sistema músculo esquelético. Existen adenopatías en el 50% de los casos agudos y esplenomegalia en un 30%. Las complicaciones osteoarticulares se observan en un 20-60% de  los casos, la manifestación articular más común es la sacroiletis.
DIAGNÓSTICO:
El diagnóstico definitivo y confirmativo se basan en pruebas de laboratorio. Se considera que el método más confiable para el diagnóstico de una enfermedad infecciosa es el aislamiento e identificación del agente etiológico. En el caso de Brucella, el aislamiento e identificación del microorganismo se debe hacer siempre mediante hemocultivo, estos procedimientos son lentos (de una a cuatro semanas), tediosos, poco exitosos, y por su contagiosidad, de gran riesgo para la salud de los profesionales encargados del estudio. Por estas razones, el examen bacteriológico no siempre es practicable, lo que hace que el diagnóstico se realice generalmente por métodos serológicos rápidos relativamente fáciles de aplicar. La demostración de anticuerpos específicos es la prueba más comúnmente empleada. Para Brucella, se utilizan la prueba de Rosa de Bengala (RB), el método de fijación de complemento (FC), la aglutinación estándar en tubo, la prueba de aglutinación con 2-mercaptoetanol, la prueba de Coombs y determinación de IgG, IgA e IgM por ELISA. Actualmente se han incorporado pruebas de análisis genómico por Biología Molecular, aunque todavía, de muy poca difusión y disponibilidad. Para detectar los anticuerpos divalentes la reacción de aglutinación es el método más práctico, pero en
los casos crónicos los títulos de aglutinación pueden ser muy bajos, creando errores interpretativos por no saber si se trata
de una antigua infección o de una persona que ha estado en contacto con Brucella sin padecer la enfermedad. La demostración de los anticuerpos, llamados univalentes, mediante la técnica de Coombs ayuda a resolver este problema, pues aumentan en los casos crónicos a la vez que disminuyen los anticuerpos divalentes detectados mediante la técnica de aglutinación. Las pruebas de hipersensibilidad mediante la inoculación intradérmica de extractos de Brucella poseen solo valor epidemiológico, pues tanto los pacientes con brucelosis como los curados o individuos sanos que han estado en contacto, pueden dar reacción positiva. En síntesis,
en nuestro país, el diagnóstico de brucelosis se confirma con el cumplimiento de alguna de las siguientes tres situaciones:
- Aislamiento de Brucella sp de una muestra clínica.
- Alza de 4 veces o más en los títulos séricos de aglutinación para Brucella entre las fases agudas y de convalecencia de muestras obtenidas en un lapso de 2 o más semanas de separación y estudiadas en el mismo laboratorio.
- Demostración de Brucella sp por inmunofluorescencia en una muestra clínica.
Juan Lucas Sbriglio
Dr. Humberto Sbriglio
Bioq. Sergio Sainz


PUBLICADO: DRA. ROXANA HERRERA  LCV    UDCA 2012

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